¡NO ME ALCANZA EL TIEMPO!
¡NO TENGO TIEMPO!
¿Has escuchado esto antes?
¿A quién se lo escuchaste decir?
¿A tus compañeros, colegas, familiares o amigos?
¿O es un eco que retumba en tu cabeza constantemente?
Cumplir con obligaciones y compromisos laborales, familiares y personales, a veces se hace un poco demandante y cuesta arriba. Existen compromisos ineludibles que pueden ser importantes e inclusive urgentes y no puedes simplemente ser re agendados, necesitan ser atendidos o resueltos “ayer”. Esto genera estrés y ansiedad. En adición, estar estresado y ansioso, mata la creatividad y genera una disminución de la productividad.
Cuando esto pase, es importante revisar las causas de que esta actividad o diligencia de pronto llegó a ser algo “urgente”. Algunas razones pueden ser:
- Planificación poco realista
- Incumplimiento en el tiempo establecido de tareas programadas
- Incluir más actividades, de las que humanamente podemos atender en la agenda en un período de tiempo
- No tener una estructura que facilite el seguimiento de la planificación
- No tener un equipo para delegar ciertas tareas.
Parece que vivimos en la era del multitasking, y lejos de ser una fortaleza, es una debilidad muy grande.
Si esto te está ocurriendo y ya conoces las causas de tu “Falta de tiempo”, es hora de poner orden en el día a día y que tus planes no se caigan por “falta de tiempo”.
Algunas recomendaciones valiosas que te ayudarán a mejorar la productividad en cualquier área de tu vida son las siguientes:
- Organiza tu agenda en base a metas. ¿Qué quieres lograr este mes, esta semana o este día? Es importante saber hacia dónde vas y sobretodo, para qué. Eso te permite tener una visión clara de cuál será el resultado final de tu planificación.
- Establece prioridades, para ello es importante reconocer qué es importante y qué es urgente. Lo ideal es trabajar siempre en lo importante para que no tenga que llegar a ser urgente. Si llegó a ser urgente, se convierte en una prioridad. Si te organizas con antelación, no debería haber nada urgente, todo estaría resuelto a tiempo y te daría tranquilidad. E incluso, este tipo de planificación ayuda muchísimo cuando hay contingencias, porque hay suficiente organización y te permite generar ideas para resolver esos eventos sorpresivos.
- Divide las tareas en períodos cortos, de 20, 30, o 45 minutos máximo. Escríbelo y coloca la alarma. Al parar, toma agua, respira, levántate, haz ejercicios de respiración o camina por 5 minutos para luego continuar.
- Reduce las distracciones. Coloca el teléfono en silencio, enfócate en tu trabajo y amablemente dile a las personas que les atenderás al terminar. Si eres usuario de redes sociales y te quitan mucho tiempo, silencia las notificaciones y si te distraen mucho, remuévelas de tu teléfono y las revisas en la computadora
- Delega las actividades que puedas delegar. No tienes que hacerlo todo tú. Si tienes un equipo de trabajo, delega esas actividades sencillas, pero demandantes de tiempo que pueden ser cumplidas por otras personas.
- Aprende a decir “No”. No aceptes compromisos que te demandarán tiempo y esfuerzo si no están dentro de las metas que te has trazado. Esto te permitirá enfocarte mejor en tus metas y tareas. Esto a veces pareciera ser algo descortés, sin embargo, seguro encontrarás la manera amable de decirlo, siempre con tu mente puesta en lo que sí quieres lograr
- Toma pequeños receso para activarte y toma vacaciones. Si puedes planificarlas sería mucho mejor, también son un incentivo para dejar tu planificación en orden
Estas simples recomendaciones, te ayudaran a mejorar tu creatividad, tu productividad y sobre todo a tener tiempo suficiente para compartir en familia y amigos y para sentiré en plenitud. Recuerda vivir hoy y siempre sonreír.
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