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Estados Unidos

¡POR CULPA DE ELLOS!. RÍE, LIBÉRATE Y ACTÚA

 

Por culpa de ellos… ¿Has escuchado esta frase anteriormente?, ¿Dónde la has escuchado, en tu familia, en tu trabajo, en tu vecindario,  o… tal vez en tus pensamientos? Culpar a otros de lo que nos pasa es una actitud frecuente y muy común en los seres humanos. Y es muy probable que el origen de ello esté en casa.

La culpa es la imputación que hacemos de algo que no salió como se esperaba y alguien es responsable de ello, bien sea por no actuar con efectividad o simplemente por omisión. Digamos que esta podría ser una definición genérica. Sin embargo, es muy sencillo liberarnos de ella y culpar a otros de lo que nos pasa, cuando lo que nos pasa, no nos gusta.

Los culpables pueden ser muchos, tus amigos, tus maestros, tus hermanos, o tus jefes, pero uno de los primeros “culpables” son los padres. A ellos los culpan los hijos, y también la sociedad. Deténganse a recordar cada vez que escucharon de algún niño o joven que transgredió normas en la escuela, en el vecindario, o en la calle, la respuesta de muchos, el veredicto sin tomar en cuento “el debido proceso”, sin abogado y sin derecho a la defensa: son los padres, y diría que la mayoría de las veces la madre: “Eso es culpa de su mamá”

En el caso individual, dentro de mi trabajo, conversando con tantas personas a lo largo de los años y en diferentes épocas, ha sido muy común que los individuos culparan a sus padres de las cosas que hoy les suceden. He escuchado muchas veces frases como: “yo no tengo papá”, “ella no me cuidó, por eso me pasó esto”, “ella no me creía”, “él me abandonó”, “ella no me amó”, “si ellos hubieran hecho las cosas de otra manera, mi vida sería otra”. Estas frases muy similares, se repiten una y otra vez. No puedo menospreciar las palabras de mis clientes, eso es lo que sienten,  la manera como ellos lo ven. La buena noticia es que siempre se puede ver de una manera más comprensiva, empática, proactiva y sobretodo saludable.

Soy cristiana católica y confieso que no soy muy religiosa, sin embargo, creo que en los mandamientos conseguimos principios de convivencia y de vida muy sabios: “Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios” (Éxodo, 20:12) En la Biblia no hay condición para que honremos a nuestros padres, simplemente honrarlos. Los padres hicieron lo mejor que pudieron en ese momento determinado de sus vidas y de la vida de sus hijos, lo que sea que haya pasado es simplemente parte de la historia personal de cada uno, es parte del pasado. Honrar y aceptar esa historia es parte de nuestra identidad y también el inicio del cambio y la transformación que muchos desean a gritos. Aunque esto no quiere decir que estemos de acuerdo o no con lo ocurrido, sí significa que tenemos el poder de cambiarlo en nuestra vida de hoy, siendo cada día nuestra mejor versión.

La culpa también aplica a otras áreas y personas, a las circunstancias. Lo importante es reconocernos y reconocer los hechos para que desde la aceptación y la serenidad podamos ver dónde estamos aquí y ahora y hacia dónde queremos avanzar, evaluar con qué recursos contamos para actuar desde lo que está en nuestras manos, lo que simplemente es nuestra responsabilidad.

Me gusta más el término Responsabilidad, cambiar la palabra culpa por responsabilidad, es un paso inmenso. Cuando yo me hago responsable, genero acciones que pueden transformar mi vida desde este momento, para tener el futuro que quiero.

¿Cuáles son esas cosas que son mi responsabilidad?, son todas aquellas cosas que están en tu Círculo de Control, es todo lo que puedes cambiar, como tus pensamientos, tus emociones, tus palabras y tus acciones. Las circunstancias son todos los eventos que están en tu círculo de No Control, como los pensamientos palabras emociones y acciones de los demás, o eventos fortuitos como la lluvia, el viento, el tráfico o lo que sea. Nada de eso puedes cambiar. Sin embargo lo que tú decides hacer con lo que está en el Círculo de No Control, eso sí que es tu responsabilidad, y en estos casos tus decisiones generan otras circunstancias que pueden jugar a tu favor o en tu contra.

Se ve sencillo, y lo es, es más sencillo cambiar todos tus hábitos para tener la vida que realmente quieres a seguir anclado en las excusas las circunstancias y el pasado. Ríe, libértale, pero eso sí, actúa.

 

Lic. Yenisse González

Orientadora/Life coach/Escritora

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